domingo, 28 de octubre de 2007

¿Educación para la ciudadanía o ciudadanía educada?

la situación vivida en la ultima semana en la red de transportes de ferrocarril de Barcelona resulta dantesca. Las obras para la llegada del AVE a la capital han hecho eclosionar lo que se veía venir. Una red de cercanías horriblemente defectuosa y antigua en la que no se ha invertido en relación con el desgaste que sufre a diario una de las ciudades con mayor tráfico diario de ciudadanos.

Sin embargo, los barceloneses han dado una lección ejemplar de civismo y educación ciudadana. Sin dejar de protestar y mostrar su enfado por el grave trastorno que supone el corte de la principal línea de metro, su sustitución de prisa y corriendo por un servicio de autobuses donde los conductores desconocían los trayectos y paradas que les correspondían y atascos interminables y trayectos hasta el trabajo que se dilatan en más de una hora del tiempo habitual. Pese a todo esto, han sabido mantener la compostura y la urbanidad sin por ello dejar de manifestar su descontento y su crítica a las autoridades. Toda una lección de civismo.
Me pregunto si esto mismo hubiera sucedido en otra ciudad, si de repente la red de transportes que vertebra una ciudad y sus alrededores se colapsa, si la ciudadanía se hubiera comportado de igual manera.
Me pregunto también, si ciertos políticos ahora en la oposición, alguno retirado y algún otro que aprovecha para hacer leña del árbol caído, se darán cuenta tras este desastre que si hay algo que hace grande a una ciudad no solo es tener ciudadanos que se comporten de manera grande como ha sido el caso, si no proporcionar unos servicios e infraestructuras propios de una ciudad grande.
Puestos a preguntar, me asalta la duda de cuánto tiempo tiene que pasar para que esto mismo suceda en Madrid. Muchas son las inauguraciones de estaciones y tramos de metro que ayuntamiento y comunidad propagan a los cuatro vientos, sin embargo, las inversiónes en las líneas más antiguas no llegan y las que se hacen, se hacen mal. Prueba de ello, la línea de metro más utilizada a diario la circular o línea 6, pero no sólo eso: estaciones con socavones, goteras, tornos inoperantes, colapso en días de lluvia, etc.
Aguirre y Gallardón deberían ver esto de Barcelona, como un aviso del que aprender, no sea que pasado mañana sea a ellos a quien se les abra un socabón bajo sus pies.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sí que han sido un ejemplo de civismo los barceloneses, sip.

Esta mañana estaba escuchando la radio mientras desayunaba y el tema del que hablaban era éste, las obras de Barcelona. Estaban hablando de las responsabilidades políticas que deberían tener estos problemas y tal, y llamó un albañil para opinar y dejo a todos los contertulos con la boca mas callada que una puta con una simple pregunta ¿La culpa del fracaso de las obras es de la planificación o de la ejecución? ¿Por qué no se le piden responsabilidades a la empresa constructora? Si una obra de tal tamaño no estuviera bien planificada, logicamente no se adjudicaria, asi que aquí surge la duda de quien es la culpa?? Por qué tanto empeño en que la ministra dimita?? Si no dimitió ni Ansar en su día...

Aquí en Málaga las obras del Ave ya están casi terminadas, en diciembre se estrenan, y por suerte no han habido problemas en la ejecución y todo ha ido a tiempo. Esto ahora es mérito de la constructora o del gobierno??

Yo solo espero que esto se solucione pronto, que como siempre, pagamos los justos por pecadores, esos pobres trabajadores que tiene que levantarse una hora antes de lo habitual para llegar a su trabajo no tienen la culpa de estar rodeados de incompetentes, tanto los incompetentes que planifican como los que ejecutan...

Bsidros rubia

Omar El Kashef dijo...

No nos engañemos: un político no está para servir a la ciudadanía, sino para ser reelegido la legislatuta siguiente. Lo del metro de madrid es solo una muestra. Invito a que la gente se dé paseos por los distintos distritos de Madrid para ver dónde tiene más presencia la administración (seguridad, iluminación, higiene, etc.). Curiosamente, los sitios más atendidos son los nichos de votos más importantes para el partido de turno. Allí donde hay índices de abstención altos parece que las labores de mantenimiento no son necesarias (ya sea a nivel de transportes o estado de las aceras, por decir algo). Aun así, me resisto a abstenerme. Hay que votar, aunque sea para desahogarse metiendo una papeleta en la urna (bueno, si te dejan, porque a mí siempre me la quitan para meterla ellos... Será que creen que no sabemos, je...).