lunes, 12 de noviembre de 2007

Rey aquí, en Chile y en la China..

“¿Por qué no te callas?” le espetó ayer el Rey a Chávez. Muy simple, porque el presidente venezolano es así. Chávez se aprovecha del apoyo de la mayoría de los venezolanos y de la simpatía que despierta en su lucha antiamericana y antiimperialista para desarrollar un discurso demagógico allá por donde va. Esta vez, fue durante la Cumbre Iberoamericana en Santiago de Chile, donde en varias ocasiones arremetió contra el expresidente José María Aznar tachándolo de fascista.
No voy a ser yo quien le lleve la contraria a Chávez por sus palabras, donde sí disiento es en el foro donde hizo estas declaraciones. No era el sitio ni el momento, y sus insistentes interrupciones a Zapatero cuando el presidente exigía respeto hacia el expresidente español, terminó con la paciencia del Rey. Y ahí es donde yo me pregunto si a un rey se le puede acabar la paciencia. Quiero decir, que un rey lo es las 24horas del día, igual que un presidente de gobierno o un ministro, pero mucho más en un acto donde está representando a toda una nación, y por tanto, no debiera permitirse ciertas licencias creo yo, ni perder los estribos ante personajes como Chávez.
El puesto que ocupaban el Presidente del Gobierno, el Ministro de Exteriores y el Rey, no sólo lo llenaban ellos, lo ocupaban también los 50millones de españoles. Por eso, uno tiene que estar a la altura.
No debe ser sencillo aguantar a un pesado del tamaño de Chávez clamando e interrumpiendo, pero aún así, los ciudadanos ejemplares de manera ejemplar deben comportarse y en lides peores se ha visto nuestro rey. De ahí, que resulta sorprendente su actitud gritando a Chávez y el posterior abandono de la sala donde se desarrollaba la cumbre durante la intervención del presidente de Nicaragua que continuó la línea del discurso chavista con un ataque hacia empresarios españoles.
Seguramente, cualquiera de nosotros en la misma situación, visto la mala educación que mostró el mandatario venezolano hubiéramos reaccionado parecido o peor, pero la diferencia estriba en que nosotros no somos el Rey, no hemos sido educados para rey y no tenemos la responsabilidad que tiene el Rey. Recordando una de las frases épicas de Carod Rovira, el rey de España es Rey de España, aquí y en la China. Sorprende que si el Presidente del Gobierno, el ministro Moratinos y el resto de la delegación española consiguieron mantenerse serenos y no dejarnos en evidencia, el rey sin embargo, no ejerciera el autocontrol. No han sido pocas las vivencias a las que se ha enfrentado el Rey: decisiones vitales como apostar por la democracia, situaciones extremas como el 23 F y durante muchos años pitos y abucheos en ciertas regiones de la geografía española por parte de algunos sectores antimonárquicos y antiespañolistas, por eso, sorprende más aún la reacción del monarca.
Dicen que al rey le preocupa más el discurso extremista de algunos locutores “de reconocido prestigio” en la radio de los Obispos, que la quema de fotos suyas por cuatro antimonárquicos de nueva generación. Lo que parece evidente, es que el Rey parece nervioso. Lo pareció ya en su visita para conocer a la segunda hija de los Príncipes de Asturias, cuando visiblemente molesto con los medios por criticar su tardanza, se negó a comparecer ante estos, tuviendo poco después que admitir su error. Y lo parece también ahora, cuando permite que un mandatario de lengua suelta le saque de sus casillas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabemos que Chávez es percibido como un peligro por parte de buena parte de América. Pero no todos advierten hasta qué punto. Chávez resulta peligroso por su ideología, por la agresividad de su política, por su ambición de erigirse en el patrocinador del retroceso al socialismo, y también por sus relaciones con el Irán de Ahmadineyad. De salir adelante su proyecto, Chávez abriría, entre otras cosas, el camino de los ayatolás a Latinoamérica. Con la perspectiva de un Irán nuclear, está claro lo que eso querría decir para el resto del continente.

Así que la toma de posición del Rey en la Cumbre ha puesto de manifiesto cómo el Gobierno de Rodríguez Zapatero encarna intereses contrarios a aquellos que España debería representar y promocionar en Latinoamérica.

En Latinoamérica España sigue siendo contemplada, todavía, como un modelo. El grado de prosperidad, de libertad y de estabilidad (por lo menos aparente) alcanzado en España es un referente para muchos latinoamericanos, no sólo para los que se vienen por centenares de miles a vivir aquí.

Pues bien, entre la obsesión por seguir una política contraria a la de Aznar y la alucinación cesarista de construir una alternativa a la globalización y a la democratización, plasmada en la Alianza de Civilizaciones, Rodríguez Zapatero y su Gobierno han empezado a destruir el prestigio de nuestro país.

Lo ha restaurado, por el momento, el Rey. El gesto, que le honra, también coloca a la Corona en una situación compleja. Volviendo al principio, el Rey se ha visto obligado a tomar partido en defensa de los valores sobre los que se ha construido lo que en Latinoamérica se percibe como el éxito español: el respeto al adversario político, la democracia como fin en sí misma y no como instrumento, la existencia de instituciones respetadas y la libertad de mercado.

Con un solo gesto y una sola frase, el Rey ha pasado a encarnar todo aquello contra lo que se ha dirigido la política del Gobierno. No abre, por ahora, una crisis institucional entre el Ejecutivo y la Corona. Pero pone de manifiesto lo cerca que estamos de ella, la brecha que la brutal política de estos años ha abierto en la vida española.

Anónimo dijo...

No hay que extrañarse de que Hugo Chávez no haya querido incluir "al actual Gobierno" de España en sus descalificaciones y diatribas contra las empresas españolas y contra el ex presidente José María Aznar, que el ex golpista y liberticida presidente venezolano sí ha extendido contra nuestro Rey, al que despectivamente ha equiparado con un "toro" y al que ha hecho destinatario de las mismas calumnias lanzadas contra Aznar.

Al fin y al cabo, Hugo Chávez no ha hecho en la Cumbre Iberoamericana sino reproducir las mismas calumnias que, contra el ex presidente Aznar, ya lanzara el actual ministro de Exteriores de nuestro país, Miguel Ángel Moratinos, en TVE, con ocasión de la visita a Madrid del caudillo venezolano a finales de 2004.

Para los que estamos convencidos de que Zapatero jamás habría pedido "respeto" a Hugo Chávez en el caso de no estar acompañado por el Rey, no nos debe sorprender que la reacción de su Gobierno sea la de volver contra el PP, pasando página y quitando hierro cuanto antes a las intolerables y declaraciones de Chávez. ¿Alguien pretende hacernos creer que el Rey no había trasladado su hartazgo a Zapatero por las diatribas de Chávez contra España antes de que el monarca lo pusiera de manifiesto con su célebre "por qué no te callas"?

No sólo las diatribas de Chávez, sino también las del ex dictador y actual presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, merecerían la más inmediata llamada a consultas de nuestros respectivos embajadores. Pero ¿cabe esperarlo de un Gobierno que no ha hecho lo propio ante declaraciones no menos ofensivas como las que contra nuestra soberanía e integridad nacional se han lanzado desde Marruecos con ocasión de la visita de Don Juan Carlos a Ceuta y Melilla? ¿Cabe esperarlo de un Gobierno que no ha elevado la más mínima protesta ante la Liga Árabe por su respaldo a semejantes apetencias anexionistas del reino alauí sobre nuestro territorio nacional? ¿Cabe esperarlo de un partido que vota en la Federación de Municipios en contra de que se cumpla la Ley de Banderas o que gobierna con secesionistas que consideran a la de España como la "bandera del enemigo"?

Tal vez Aznar no tenga más remedio que agradecérselo. Pero que nadie se engañe. Si Zapatero ha pedido en nombre del ex presidente español "respeto" a Hugo Chávez es porque no quería que esa explosión de dignidad nacional del Rey conectara con la del mayoritario sentir de la ciudadanía, dejándole a él fuera de juego.

En el caso de Hugo Chávez, como en el de Evo Morales, como en el Daniel Ortega, ya no es tanto la provocativa pusilanimidad de Zapatero sino su compadreo y su alineamiento con estos gobierno bananeros lo que está dando alas a ese autoritarismo latinoamericano que pone en peligro tanto la seguridad jurídica de nuestros inversores como la democracia en sus respectivos países.

Anónimo dijo...

No es de extrañar que tanto Aznar como Rajoy, que ha alabado su actitud aunque denunciado que llegaba algo tarde, hayan agradecido a Zapatero su defensa poco entusiasta frente a Chávez durante la clausura de la Cumbre Iberoamericana. No puede sino resultar sorprendente que un presidente empeñado en convertir la política exterior en un asunto doméstico y a España en un concepto discutido y discutible haya reprobado a un dictador por atacar a quienes él y sus huestes denigran a diario. Y más aún cuando se trata de un golpista –él sí– al que nuestra diplomacia ha tratado de aliado preferente, dentro de esa política consistente en juntarnos con lo peor de cada casa. Y especialmente cuando sus insultos y acusaciones no eran más que un eco de las realizadas anteriormente por el propio Moratinos.

Parecería así, a simple vista, que por fin Zapatero ha comprendido que España es una nación, y que tiene intereses como tal, y que la política exterior debe guiarse por ellos y no por las preferencias ideológicas de su principal mandatario. Se podría pensar que ha entendido que si bien en España los insultos y acusaciones contra Aznar le afectan principalmente a éste, en los foros internacionales son insultos y acusaciones contra España, dado que el anterior presidente del Gobierno fue precisamente eso, presidente del Gobierno de España.

Pero sería demasiado ingenuo llegar a tan atrevidas conclusiones después de tres años y medio de un menú compuesto exactamente por lo contrario. Especialmente cuando Zapatero ha estado en esta Cumbre en el cómodo papel que le hubiera correspondido al Rey, mientras nuestro monarca se ha visto obligado a renunciar al que le es propio para llenarse las manos de barro. Al monarca le corresponde representar a España, no defender sus intereses ni negociar con otros jefes de Estado. Su papel es institucional y los asuntos políticos deben dejarse al presidente y sus ministros. No es esto un reproche a su actitud en la cumbre, ni mucho menos. Es una denuncia de unos gobernantes que le obligaron a hacer algo que debieran haber asumido ellos.

Chávez no es un sujeto especialmente imprevisible. El mismo Moratinos ha reconocido que después de la marcha de las negociaciones durante la cumbre, una actuación como la que ha tenido en la clausura era de esperar. En tal caso, lo lógico y lo razonable hubiera sido que el Rey se marchara antes –como finalmente tuvo que hacer–, para así representar la indignación de los españoles ante lo que había sucedido, dejando a Zapatero y Moratinos la obligación de mostrar la contundencia que hubo de emplear don Juan Carlos.

Pero claro, actuar de este modo le hubiera hecho perder puntos entre los votantes radicales que reunió el 14 de marzo y que son su mayor esperanza de seguir en el poder cuatro años más. Por eso optó por hacer el papel de poli bueno, dejando al Rey haciendo de malo; no sólo no ha renunciado a su política exterior tradicional, sino que hace pagar a la Casa Real los platos rotos de sus malas decisiones. No es la primera vez. Ya sucedió en Argel. Y ahora vuelve a pasar, con el dictador venezolano acusándole de saber del golpe de Estado contra él sin que el Gobierno haga ningún gesto en su defensa.

Nada me gustaría más que estar equivocado y que este fin de semana haya supuesto un punto de inflexión para Zapatero y de ahora en adelante vaya a comportarse como un jefe de Gobierno responsable y sensato. Pero nos perdonarán si no apostamos por ello.

marita dijo...

Hola anónimo!
Lo primero, gracias por escribir..jeje. Jolín me has copiado las columnas de El MUndo??Bueno, no estoy muy de acuerdo conque chavez es percibido como un peligro por parte de AMérica, a no ser que esa parte sera USA, q entonces sí. Y desde luego la idea de que Chavez llevará a los integristas a America Latina me parece increible. Igual lo que nos molesta es q por fín, LatinoAmérica se ha cansado de ser el hermano tonto de España, que quieren explotar su riqueza y ser dueños de los beneficios que generan. EN mi opi, lo que nos asusta es que América quiera ser autónoma sin depender de nadie sobre todo si además es la izquierda la que toma el poder. No seré yo quien ose criticar a los jefes de estados elegidos en democracia, cuando nuestro país tiene uno designado a dedo por un dictador, pero desde luego dudo mucho que la actitud del rey tenga que ver con el modo de hacer gobierno de Zapatero y sí más con el calentón del momento. ¿qué quereis que os diga..? Para mí, pobre de aquel que se reconozca en la actitud de un rey que manda callar a un igual sólo xque no esté de acuerdo con él. "no estoy de acuerdo con tus ideas, pero defenderé con mi vida tu derecho a tenerlas". Supongo que esto, para los conspiranoicos y para los que tanto tiempo llevan alertándonos de la catástrofe que traerá consigo un gobierno socialista no es suficiente. bueno estaría! Aunque una vez más, muerta me quedo con la asociación de ideas. El responsable de la salida de tono del rey y por supuesto, de la crítica de Chávez a Aznar, no es el propio Chávez,ni siquiera Aznar, es como no podía ser de otra forma, Zapatero. Ya digo, sorpendente!
Una vez más, mi agradecimiento sincero por la aportacion anónima, pero para próximas intervenciones agradecería que mi blog incite a reflexionar y a escribir lo que uno piensa por sí mismo, y que no se quede en un copiar pegar de una columna, del tono que sea. Aún así muchas gracias, por participar!