Absurda cenicienta

El nombre del nuevo álbum de Chenoa me ha inspirado para este post. No la sigo, así que no sé a que se debe el título. A mí me ha recordado al estúpido cuento del príncipe azul salvador que resultó desteñir, y a todas esas princesas desheredadas que un día vieron como el cuento de hadas se convirtió en pesadilla. El Sábado en Zaragoza murió asesinada la víctima número 57 de la violencia machista en lo que va de año. Su marido la apuñaló, y poco después llamó a la Policía para entregarse. No tenía antecedentes ni existían denuncias previas de la víctima. Una vez más el sistema ha fracasado, aunque en esta ocasión no haya orden de alejamiento por medio, ni peleas, ni vecinos que dicen haberlos escuchado discutir en muchas ocasiones. Pero la realidad, es que un hombre ha matado a su compañera, por el simple hecho de serlo. Porque no hay que olvidar que la violencia de género se basa en eso mismo, en una relación de poder, control y dependencia, donde los lazos afectivos hacen que para la mujer sea muy difícil dar el paso y desvincularse de su maltratador.
La violencia de género es, en mi opinión, el peor tipo de terrorismo, ya que se desarrolla en el ámbito doméstico, desestructurando la familia, y los pilares sobre los que ésta se sustenta como el amor, el cariño o la confianza.
La ley integral contra la violencia de género fue un paso importantísimo para luchar contra el maltrato, sin embargo, es necesario preguntarse qué sigue fallando para que el número de mujeres muertas no disminuya, y para que cada vez se den más casos entre los más jóvenes. Una sociedad patriarcal, y una educación con claros tintes machistas, que no termina de asumir la igualdad de géneros, junto con la todavía escasa concienciación de la sociedad, que lo entiende aún como “cosas de pareja”, no favorecen un cambio a mejor. Son pocos los que se manifiestan cuando una mujer muere, pocos los que denuncian cuando saben de un caso cercano de maltrato y pocos también, los que exigen con firmeza a las autoridades más eficacia y previsión . Nos guste o no, la violencia de género no da votos.
En ocasiones, tras producirse un caso de una mujer asesinada por su pareja o ex pareja, se oye decir que la difusión que los medios de comunicación hacen de estas noticias, está potenciando que los maltratadores asesinen. Algo así como un “efecto llamada”. Todo lo contrario, cada año aumentan las denuncias por violencia doméstica, pero esto no quiere decir que se maltrate más. Se maltrata lo mismo, solo que gracias en gran parte a la labor de denuncia de los medios y a la condena pública, ahora las mujeres saben que no tienen porqué aguantar, saben que las instituciones tienen medios para protegerlas y que el silencio solo puede matarlas. La vergüenza y la culpa no les corresponde a ellas, si no al que abusa. Pese a todo, todavía son muy pocos los que ven en el que maltrata a un criminal, un asesino sin más, el maltratador no es un enfermo.
La única solución que parece que puede dar fruto a largo plazo, es un compromiso por parte de la sociedad y las instituciones para educar en la igualdad desde la infancia, a fin de generar individuos que vean en el otro sexo un compañero con el que compartir. Hasta entonces, seguiremos contando cenicientas absurdamente muertas.