domingo, 16 de septiembre de 2007

La UCI prohíbe correr el mundial a Valverde.

Pues sí, se escuda en el argumento de que el ciclista está claramente implicado en la Operación Puerto. Operación que fue archivada en Marzo por un juez y que absolvía a todos los imputados, ciclistas, directores, y médicos, por falta de pruebas. Sin embargo, la UCI permite la participación de Zabel que sí ha admitido haberse dopado. Pero los de Suiza van por libre, ya no hace falta demostrar la culpabilidad en este caso de un deportista, si no la inocencia. Y es que el ciclismo es diferente. En este deporte los ciclistas son ninguneados por la UCI y los organizadores de las grandes carreras como en ningún otro. Los que mandan apelan a un ciclismo limpio, mientras planifican carreras plagadas de etapas interminables, sucesión de puertos imposibles y someten a los corredores a prácticas que en cualquier otro deporte se considerarían denigrantes para el deportista. ¿Alguien imagina que en el fútbol, las federaciones obligaran a los jugadores a firmar un contrato por el cual en caso de dar positivo el futbolista tuviera que entregar todo el dinero ganado durante ese año?, ¿alguien cree que Casillas, Ronaldinho, Maldini, o Raúl, permitirían que en las concentraciones se les hicieran controles sorpresa a las cuatro de la mañana?, ¿o que las televisiones, clubes o sponsors consintieran un acoso y derribo mediático como al que se somete al ciclismo? Es cierto, que en los últimos años han sido muchos los escándalos de dopaje dentro del mundo ciclista, pero también es verdad que los controles a los que se somete a los ciclistas no se realizan en otros deportes, y que los casos detectados fuera del ciclismo, especialmente en el deporte rey, no tienen el mismo eco en la prensa, ni el deportista sufre parecido castigo. La Agencia Mundial Antidopaje intenta establecer sanciones que suspendan para la competición de por vida al ciclista que se le descubra un positivo, pero no puso reparos para acordar con la FIFA la reducción del tiempo de sanción que se impone a los futbolistas que dan positivo.
Con independencia de que este haya sido un intento más de de la UCI de golpear a las grandes vueltas que no acceden a someterse al ProTour, recordemos que en el Tour de Francia no avisó de la situación irreglamentaria de Rasmussen hasta ya comenzada la carrera, lo cierto es, que esta última persecución hacia un ciclista debería servir para que los corredores se plantaran de una vez, y unidos se enfrentaran juntos a todos los que están contribuyendo a acabar con el ciclismo. Sin embargo, todo parece indicar que los ciclistas poco pueden hacer en un deporte seriamente dañado al que cada vez le cuesta más mantener a sus esponsor y la ilusión de los aficionados, que si bien siguen llenando las cunetas de la carretera en las etapas de montaña, cada año que pasa son menos.

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